Mercedes 300 SEL 6.8 AMG equipado con amortiguadores BILSTEIN
El legendario “Red Pig”: el rarete preferido del público
La carrera de 24 horas Spa-Francorchamps de 1971: cuando el Mercedes 300 SEL 6.8 AMG cruza la línea de meta después de una persecución de un día entero, los espectadores siguen frotándose los ojos asombrados. Hans Heyer y Clemens Schickentanz acababan de poner el monstruo rojo en segundo puesto en la clasificación general y primero en su categoría. Una sensación: los fans no se esperaban este resultado, y mucho menos los competidores.
No tenían ni idea de lo que traería la carrera. El Mercedes 300 SEL 6.8 AMG era grande, pesado y, por su larga distancia entre ejes, no era muy ágil. Una auténtica limusina de lujo. “Sabíamos que podíamos ganar, lo que pasa es que los demás no lo sabían todavía”, recuerda Hans Heyer décadas después. El triunfo de este Mercedes dominó la cobertura de aquel evento. Incluso la prensa alemana informó del resultado obtenido en Bélgica. El coche se había ganado el corazón de los aficionados por goleada.
El triunfo en la carrera de 24 horas de 1971 en Spa-Francorchamps no solo fue una gran sorpresa. También marcó el primer éxito en una competición automovilística internacional de la marca de altas prestaciones AMG. No pocas personas reivindican que el 300 SEL 6.8 fue el primer AMG genuino de la historia y que su victoria en las Ardenas supuso un avance transformador para la joven empresa, que a día de hoy pertenece a Daimler AG.
Puesto que en ese momento había que asumir que el noble Mercedes estándar de 1,8 toneladas no sería capaz de poner en serias dificultades a sus competidores, ni en los frenos ni en las curvas, los ingenieros de AMG eligieron el método de la fuerza bruta. Los expertos en motores de la empresa, fundada el 1 de junio de 1967, ampliaron aún más el V8, que no venía precisamente bajo de cilindrada de fábrica: el motor de 6,3 litros creció a 6,8, y su potencia dio el salto a unos contundentes 428 CV – suficientes para una velocidad máxima de 265 km/h. Este concepto resultó tener éxito en los largos segmentos de Spar-Francorchamps, donde era posible conducir pisando a fondo el acelerador.
En lo que se refiere a la suspensión, los ingenieros de AMG evidentemente optaron por BILSTEIN. Después de todo, Mercedes-Benz había estado confiando en los productos de Ennepetal para el equipamiento original de sus modelos de producción desde 1957. Los suabos también han estado celebrando un gran éxito en las competiciones automovilísticas internacionales junto con BILSTEIN desde principios de la década de 1960. Ya entonces el 300 SEL 6.8 venía equipado con un sistema de suspensión neumática con amortiguadores convencionales de apoyo en el eje trasero. “Spa resultaba idóneo para este vehículo”, explicó Clemens Schickentanz en una ocasión. “Solo en las chicanes y curvas cerradas resultaba difícil conducir con un coche tan pesado.”
Después de su éxito en Bélgica, este contundente Mercedes, que solo sería bautizado cariñosamente como el “Red Pig” (“Cerdo Rojo”) años después, no pasó a ser una pieza de museo. AMG vendió el 300 SEL 6.8 a la empresa francesa Matra, que utilizó el vehículo para realizar pruebas de neumáticos de aviones a alta velocidad. Después de eso, se le perdió el rastro. El ganador original en Spa se considera perdido a día de hoy.
En los años siguientes se crearon unas pocas réplicas. Desde principios de 2020, una copia construida con especial cariño se expone en Classic Remise, el famoso centro de vehículos clásicos de Dusseldorf. “Cuando me ofrecieron el coche, es que tenía que aceptarlo, no cabía la menor duda”, relata Yevgen Sokolovskiy, el encargado del centro de automóviles de competición de Dusseldorf. “Me gustan todos los coches de carreras, pero la historia del ‘Cerdo Rojo’ es algo especial”, añade Yevgen, quien por cierto pilota este bólido con éxito en el EuroNASCAR. Naturalmente, tiene una debilidad particular por los automóviles de gran volumen con ocho cilindros.
Por aspecto, la réplica es próxima al original. Los afortunados que puedan tomar asiento en la cabina notarán inevitablemente el agradable aroma del cuero. Como sucedió con el coche original, el elegante interior del SEL, incluido el asiento trasero tapizado de cuero, se ha mantenido en la medida de lo posible. En la cabina, llama la atención el detalle de madera noble; también fue una característica distintiva en el vehículo original y casi no pega en una leyenda de las competiciones automovilísticas. Como tampoco pega el sonido de las puertas al cerrar, como simplemente se espera de un Mercedes.
Sin embargo, exactamente estos detalles son probablemente la razón de su encanto y contribuyeron al mito alrededor del «Cerdo Rojo»: esta contradicción de puro tamaño, lujo y opulencia por un lado y, por otro lado, la necesidad de hacer todas las concesiones posibles y limitarse a lo absolutamente necesario, como normalmente se requiere en las carreras.
Al contrario que la mayoría de los vehículos clásicos del concesionario Auto SL, este Mercedes de culto no está en venta. Una decisión que no solo viene del corazón, sino también de la atención que sigue atrayendo a día de hoy. Entonces como ahora, el “Cerdo Rojo” es el preferido absoluto del público. Igual en Spa-Francorchamps que en Dusseldorf.
Fotos: Maic Schulte/Auto SL